Al menos una vez al año, las fechas del calendario se alinean para darnos un viernes 13. Seas supersticioso o no, no puedes escapar de todo lo que rodea la fecha del calendario más espeluznante.
El miedo al 13 en las fechas se remonta siglos atrás y muchos creen que se origina en el Código de Hammurabi que, según los informes, omitió una ley 13 de sus códigos legales escritos. Sin embargo, en realidad, esto fue solo un error cometido por uno de los traductores que simplemente omitió una línea de texto.
Tales supersticiones han persistido incluso entre las mentes más grandes de la historia.
El gran compositor austriaco-estadounidense Arnold Schoenberg padeció un caso tan grave de triscaidecafobia (el miedo al número 13), que omitió la numeración de la medida 13 en algunas de sus obras posteriores, sustituyéndola por la notación “12a”.
Según los reportes, también temía profundamente morir en un año o en una edad que fuera un múltiplo de 13. Cuando cumplió 76 años, un colega sugirió que sería un año desafortunado porque 7 + 6 = 13. De hecho, Schoenberg falleció ese año, el viernes 13 de julio de 1951.
La asociación negativa del viernes tiene específicamente una combinación de orígenes religiosos y culturales. Algunos cristianos creen que el viernes es de mala suerte porque fue el día de la semana en que Jesús fue crucificado.
En los siglos XIV y XV, personajes y escritores prominentes comenzaron a denunciar públicamente ese día con poco contexto sobre el porqué. “Los Cuentos de Canterbury” de George Chaucer describe el viernes como “un día de desgracia” y el dramaturgo Robert Greene definió la “friday-face” o “rostro de viernes” como “una mirada triste de consternación o angustia”.
No hay seguridad de la evidencia histórica que hizo del viernes 13 un sinónimo de mala suerte y superstición. Hay muchas teorías que se remontan a siglos anteriores, pero la mayoría de ellas han sido completamente desacreditadas.
La verdadera histeria por el viernes 13 comenzó en el siglo XX. Muchos se remontan al libro de Thomas Lawson, “Friday, the Thirteenth” (Viernes Trece), que trata sobre un corredor de bolsa que elige este día para hacer colapsar deliberadamente el mercado de valores. Un año después, en 1908, The New York Times se convirtió en uno de los primeros medios de comunicación en reconocer las supersticiones del viernes 13. Más tarde en la década de 1980, la popularidad de la franquicia cinematográfica “Viernes 13” se sumó al fenómeno cultural.