Al menos 10 muertos y más de 2,000 edificaciones convertidas en cenizas, es el resultado de los incendios en Los Ángeles, el cual son considerados como los más devastadores en la historia de California.
Tras un operativo masivo, las llamas en Altadena y Pacific Palisades permanecen fuera de control, alimentadas por vientos de hasta 160 km/h y una sequía extrema.
Las autoridades, con el apoyo de la Guardia Nacional, enfrentan desafíos adicionales como saqueos y la falta de recursos.
Según los últimos reportes, los incendios comienzan a ceder gracias a los esfuerzos de los bomberos, quienes han logrado contener el 35% del incendio Kenneth. Aunque la situación sigue siendo crítica, hay señales de esperanza, ya que se espera que los vientos que avivaron las llamas se debiliten el viernes.
El incendio de Eaton, que se acerca a Pasadena, ha ralentizado su propagación, y un incendio más pequeño en Hollywood Hills fue rápidamente controlado. Sin embargo, los incendios han quemado más de 30 mil acres y han obligado a huir a unos 180 mil residentes.