Según el último informe del Ministerio de Cultura de Francia, ocho piezas de joyería histórica fueron robadas del Museo del Louvre, entre ellas una tiara de zafiro, un collar y pendientes que pertenecieron a la reina holandesa Hortensia de Beauharnais y más tarde a la reina francesa María Amélie, así como un collar y pendientes de esmeraldas del ajuar de María Luisa, segunda esposa de Napoleón.
Entre las joyas también figuran un broche relicario, otra tiara y el gran lazo de diamantes de la emperatriz Eugenia, una de las piezas más valiosas del museo. Durante el robo, los delincuentes intentaron llevarse además la corona de Eugenia, pero la dañaron y la dejaron caer en el lugar.
El lazo de diamantes, adornado con 2.634 diamantes, había sido adquirido por el Louvre en 2008 por € 6,72 millones, tras haber permanecido en una colección privada en Estados Unidos, según los registros del museo.
Los investigadores franceses creen que los ladrones podrían haber actuado por encargo o como parte de un plan de lavado de dinero.
La fiscal de París, Laure Beccuau, indicó que la hipótesis de una implicación extranjera “no está respaldada en esta etapa”, señalando que “parece tratarse de un acto criminal grave”.
“El crimen organizado puede tener como objetivo servir a un patrocinador u obtener piedras preciosas para blanquear dinero”, explicó Beccuau.
El presidente francés, Emmanuel Macron, calificó el robo como “un ataque al patrimonio de Francia”, subrayando la gravedad del hecho y la necesidad de reforzar la seguridad en los museos nacionales.