El presidente ruso Vladimir Putin, fue investido para un nuevo mandato, tras una controvertida reelección, que no tuvo candidatos disidentes. Algunos países europeos decidieron boicotear la ceremonia.
El martes 7 de mayo, Vladimir Putin juró su cargo de presidente para un quinto mandato al frente de Rusia, en pleno aumento de las tropas rusas en el frente ucraniano y de simulacros nucleares tácticos en conjunto con Bielorrusia.
El jefe del Estado ruso, de 71 años, se encuentra liderando el país euroasiático desde hace casi un cuarto de siglo; desde el 12 de junio de 2003 y ahora su reelección llegará hasta 2030.
«Es un gran honor, una responsabilidad y un deber sagrado dirigir Rusia», declaró Vladimir Putin, que también prometió a sus conciudadanos superar «juntos» y salir «fortalecidos» de un «periodo difícil», en pleno conflicto armado con Ucrania.
La toma de posesión tuvo lugar en la Sala Andréievski del Kremlin, en presencia de la élite política del país y de representantes extranjeros, entre ellos el embajador de Francia; sin embargo, tros países europeos, como Polonia, Alemania y la República Checa, decidieron no enviar representantes en señal de oposición a la política del Kremlin.