Graves inundaciones en el sur de Brasil han causado más de 600 mil desplazados, sin embargo, existen algunos que prefieren atrincherarse en sus hogares y hacerle frente a la tragedia en la segunda planta de sus casas, pese al riesgo de morir ahogados.
El Estado de Brasil, Rio Grande do Sul se preparan para lo peor, en medio del desastre climático que ha generado lluvias constantes dejando cerca de 150 muertos, 130 desaparecidos y 2,1 millones de damnificados.
La ciudad y municipio de Pelotas tiene unos 300 mil habitantes que hoy viven con la incertidumbre de ver si la ciudad se transformará en una balsa gigante de agua, debido a la crecida de los ríos de la región que ha anegado algunas zonas, provocando la salida forzosa de cientos de personas.
La Alcaldía ha recomendado la evacuación de más de una veintena de barrios en los que viven alrededor de 100 mil habitantes, casi un tercio de su población donde la mayoría se protege contra la crecida con sacos de arena.
En Porto Alegre, la capital regional y cuyo centro histórico está inundado desde hace once días, les permite ver con antelación lo que les puede pasar.