El gobierno de Estados Unidos realizó su primer vuelo bajo el programa estadunidense “CBP Home”, transportando a 38 migrantes que optaron por autodeportarse a Honduras y 26 a Colombia. La operación, anunciada por el Departamento de Seguridad Interior (DHS), marca el inicio de una nueva política migratoria impulsada por el presidente Donald Trump en su segundo mandato.
La iniciativa, creada por decreto el 9 de mayo, ofrece a los migrantes en situación irregular una elección: regresar voluntariamente con asistencia financiera o permanecer y enfrentar sanciones severas. Estas incluyen expulsión forzada, enjuiciamiento, multas, confiscación de bienes y hasta encarcelamiento, según informó el DHS.
La secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, afirmó que el vuelo fue un “charter” especial que transportó a personas que decidieron dejar el país de manera voluntaria. A cada uno se le otorgaron mil dólares, además de mantener abierta la posibilidad de regresar legalmente a Estados Unidos en el futuro.
Según un comunicado del Departamento de Seguridad Nacional estadunidense, los deportados llegaron al aeropuerto de San Pedro Sula, a 250 kilómetros al norte de la capital Tegucigalpa, en el que también había 26 colombianos que prosiguieron su camino hacia su país.
En San Pedro Sula, los más de 30 hondureños deportados fueron recibidos por autoridades locales, quienes les entregaron 200 dólares y un bono alimentario. Los ciudadanos colombianos también fueron trasladados con apoyo del programa, que busca reducir los costos de deportación mientras acelera los procesos de salida.