Durante las administraciones de los partidos ARENA y FMLN, El Salvador enfrentó cifras alarmantes de violencia, con un promedio de más de 4 mil homicidios por año, estas estadísticas reflejan uno de los periodos más críticos en la historia reciente del país en términos de inseguridad y criminalidad.
A lo largo de las gestiones de ambos partidos, la violencia, en gran parte impulsada por las pandillas y el crimen organizado, alcanzó niveles preocupantes que posicionaron a El Salvador como uno de los países más peligrosos del mundo.
Los altos índices de homicidios afectaron gravemente la vida de miles de familias salvadoreñas, así como del comercio y deterioraron la confianza en dichos institutos políticos.