Luego que el pasado martes 23 de julio los habitantes de comunidades de la Sierra Madre de Chiapas, ingresaron a territorio guatemalteco caminando, después que dos grupos del crimen organizado irrumpieran en el poblado San José municipio de Amatenango de la Frontera y los amenazara con rifles, desalojándolos de sus casas ante la disputa del área.
El Instituto Guatemalteco de Migración (IGM) informó que más de 500 mexicanos, incluyendo mujeres, hombres, niñas, niños y adultos mayores, han sido desplazados de manera forzada hacia Guatemala por la violencia que azota el sur de Chiapas.
A través de un comunicado, el IGM detalló que, tras este flujo migratorio de personas procedentes de México en condiciones de movilidad humana durante los últimos días, las autoridades guatemaltecas integraron una comisión de asistencia humanitaria desde la Subdirección de Atención y Protección a los Derechos Fundamentales de los migrantes para identificar las necesidades de estas personas.
El Presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo, confirmó el miércoles que casi 600 mexicanos cruzaron la frontera de Guatemala en busca de refugio, huyendo de la violencia que azota el sur de México. Explicó durante una rueda de prensa, durante la visita a la construcción de un hospital en el departamento de Sololá, que las familias mexicanas que cruzaron la frontera “están escapando a la confrontación entre grupos que tiene lugar del lado de México”.
Según el comunicado, el Gobierno ha implementado seis acciones de apoyo y seguridad, tanto para los chiapanecos refugiados, como para la población de Cuilco donde al menos 40 policías locales están a cargo.
El Ministerio de la Defensa Nacional, (Mindef) como un refuerzo de la seguridad territorial, desplegó más de 100 efectivos de la Quinta Brigada de Infantería «Mariscal Gregorio Solares», para garantizar la integridad del territorio fronterizo.