Una nube de polvo sahariano que cruza el Atlántico llegó al norte de Honduras sin efectos adversos, según reportes de las autoridades. Monitoreo continúa activo.
Cada año, impulsada por los vientos alisios, una nube de polvo proveniente del desierto del Sahara cruza el océano Atlántico, extendiéndose sobre el Caribe, Centroamérica y el norte de Honduras, transportando millones de toneladas de partículas desde el norte de África.
La masa de aire que transporta el polvo sahariano es seca y cálida, cargada de diminutas partículas minerales que se elevan desde la superficie del desierto y son impulsadas por corrientes de aire que soplan de este a oeste sobre el Atlántico Norte, recorriendo miles de kilómetros hasta alcanzar su máxima extensión entre mediados de junio y mediados de agosto, cuando los vientos alisios intensifican su fuerza y la nube de polvo puede cubrir desde el Caribe hasta partes del sur de Estados Unidos.
En su ruta hacia el continente americano, el polvo se va disipando, pero en ocasiones mantiene una concentración suficiente para producir cielos brumosos y alterar mínimamente la visibilidad en la región.