Este 11 de junio se celebra por primera vez el Día Internacional del juego, una iniciativa presentada por El Salvador junto a con Bulgaria, Jamaica, Kenia, Luxemburgo y Vietnam para promover al juego como la mejor forma para que la niñez se desarrolle y crezca de manera integral.
La Primera Dama de El Salvador, Gabriela de Bukele, asistió a esta celebración en New York, en las instalaciones de las Naciones Unidas, donde habló sobre el trabajo que ella junto al Presidente Nayib Bukele han realizado a favor de la niñez salvadoreña.
«Durante décadas, los salvadoreños vivieron con miedo debido a la violencia que afectaba a nuestro país. Se privó a los niños y niñas del poder del juego y de la alegría que viene de salir a la calle para andar en bicicleta, jugar a las escondidas con los vecinos, volar una piscucha o saltar la cuerda, porque los espacios públicos, como calles y parques estaban dominados por las pandillas”, expresó la Primera Dama, Gabriela de Bukele, una realidad distinta gracias a la implementación de medidas de seguridad que han dado paso a una reducción de los niveles de la criminalidad del país.
La Primera Dama agregó que, “Estamos integrando la importancia del juego de manera transversal en todos los sectores, incluyendo la educación, cuidos, salud, protección especial, familia y sociedad, estamos garantizando que niños y niñas puedan experimentar del juego adonde sea que vayan», dijo durante su intervención.
Asimismo, expresó que este enfoque integral incluye una reforma educativa que se encamina al aprendizaje basado en el juego, el uso de juegos terapéuticos en centros de salud e intervenciones en espacios culturales recreativos y de la comunidad para promover el juego.
Ante estas reformas en leyes e infraestructura a nivel nacional, la Primera Dama demostró que El Salvador no solo mantiene su compromiso con esta iniciativa ahora hecha realidad, sino, además, expresó que el objetivo es que el Día Internacional del Juego se vuelva una celebración mundial, animando a más países dentro de la ONU a que integren en sus políticas, al juego como un elemento fundamental del desarrollo de la niñez.