El Salvador completó 700 jornadas sin muertes por homicidios, según fuentes oficiales, esto atribuido a la estrategia de seguridad del presidente Nayib Bukele, que incluye el régimen de excepción y el plan Control Territorial.
Estas mismas acciones han desarticulado a las pandillas, que están al borde de desaparecer, así como han bajado sustancialmente la extorsiones y otros hechos delictivos atribuidos a los grupos terroristas.
Las estrategias de seguridad pública del mandatario continúan obteniendo logros históricos en un país que durante gobiernos pasados se consideró uno de los más violentos del mundo, con hasta 30 asesinatos al día.