El pasado jueves «fueron emboscados y asesinados Ramón Rivas Baquedano y su hijo Carlos Rivas, mientras se dirigían a su lugar de trabajo», una empresa asociativa, a unos 220 km al noreste de Tegucigalpa, denunciaron la Plataforma Agraria y la Coordinadora de Organizaciones Populares del Bajo Aguán en un comunicado.
Añadieron que los campesinos miembros de dos cooperativas diferentes eran hermano y sobrino, respectivamente, de Hipólito Rivas, asesinado junto a su hijo Javier el 12 de febrero del 2023, y ambas muertes se suman a otras dos que se registraron en los últimos 30 días.
«Seguimos exigiendo justicia para los más de 200 campesinos en el Bajo Aguán», demandaron.
Las organizaciones sociales responsabilizaron «al grupo criminal» que opera en esa zona y que «a través de asesinatos (y) amenazas» provoca el «desplazamiento forzado» de familias, sin que las autoridades «tomen acciones que conlleven a la captura de estos criminales que mantienen el terror en las comunidades».
Desde 2010 el fértil valle del Aguán ha sido escenario de enfrentamientos entre campesinos y terratenientes.