La Casa Blanca está considerando otorgar alivio de deportación a más de un millón de personas que ingresaron ilegalmente a Estados Unidos antes de casarse con ciudadanos estadounidenses.
El tema de la inmigración, siempre polémico y más aún en el contexto de las elecciones presidenciales, ha llevado a los asesores políticos de Biden a buscar una postura que contraste con las políticas más duras de Donald Trump, incluidas una orden ejecutiva que se espera reduzca drásticamente las entradas ilegales por la frontera sur.
Este movimiento es visto como una concesión a potenciales votantes demócratas antes de las elecciones del 5 de noviembre, según informes del Wall Street Journal.
La Casa Blanca está estudiando utilizar una herramienta de inmigración conocida como “parole in place”, una medida que ya existe en una versión menor para cónyuges indocumentados de veteranos militares, lo que haría a muchos de estos cónyuges inmediatamente elegibles no sólo para permisos de trabajo sino también, potencialmente, para un camino hacia la ciudadanía al limpiar los escollos administrativos que actualmente les impiden recibir tarjetas de residencia.