En 1992 lo dijo el excomandante guerrillero Roberto Cañas, uno de los firmantes de los Acuerdos de Paz que terminó con la guerra civil de El Salvador.
En ese momento Roberto Cañas lo planteó para así «honrar la memoria de los compañeros caídos en la lucha armada».
Tras las actuales circunstancias queda en evidencia que los dirigentes de ese partido fueron incapaces de capitalizar un legado histórico y se convirtieron en mercaderes de la política.
Ante los deplorables resultados electorales la mejor decisión que la dirigencia debería de tomar es desaparecer legalmente al FMLN y enterrarlo por completo.
En este 2024 pueblo ya dió su respuesta y los mandó a no tener representación en el estado (Sin diputados y sin alcaldías).