Nacido en Chicago y con ciudadanía peruana por su trabajo de casi 20 años en el país sudamericano, Prevost hizo historia al convertirse hoy en el primer pontífice de Estados Unidos y el segundo del continente americano, luego de ser electo por la mayoría de los cardenales en el cónclave para suceder al fallecido Jorge Bergoglio.
Mientras la Iglesia se debatía entre continuar con la agenda inclusiva de Francisco o volver a una senda doctrinal conservadora, los partidarios de este cardenal agustiniano lo presentaron como una alternativa equilibrada entre los papables, capaz de manejarse entre las alas progresistas y conservadoras que han generado profundas divisiones y luchas internas.
Alineado con los ideales de Francisco, Prevost fue prior general de los Agustinianos y obispo de Chiclayo, en el noroeste de Perú, donde fue designado en 2014 por el papa argentino. Como señal de su máxima confianza hacia este cardenal, fue en 2023 que Francisco lo llevó a la curia romana para estar al frente de uno de los “ministerios” más importantes del Vaticano: el Dicasterio para los Obispos, un cargo clave en la estructura de la Iglesia por ser el que se encarga de la selección de obispos en todo el mundo.
Prevost veía su tarea como la de identificar a hombres que encarnaran los ideales de Francisco. Al frente de esa poderosa institución, fue testigo también de las pugnas de su mentor papal con los conservadores católicos. Su rol de “descubridor” de obispos y su fuerte impronta sudamericana durante el papado de Francisco hicieron que mantuviera un contacto continuo con la jerarquía eclesiástica alrededor del mundo.
El cardenal norteamericano se asemeja a su predecesor en su fuerte compromiso con los pobres y los migrantes, y en ir a su encuentro, como pregonaba Francisco. “El obispo no debe ser un principito sentado en su reino. Está llamado auténticamente a ser humilde, a estar cerca de la gente a la que sirve, a caminar con ellos, a sufrir con ellos”, señaló el año pasado. Bergoglio también lo designó como presidente de la Pontificia Comisión para América Latina gracias a su gran conocimiento sobre la realidad y las periferias de la región.