El responsable de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Serhan Aktoprak detalló que más de 600 personas podrían haber muerto tras un deslave de tierra en Papúa Nueva Guinea.
Los equipos de rescate han recuperado solo cinco cadáveres entre los escombros y el lodo. El deslizamiento ocurrió poco después de un potente terremoto de 5.1.
Además, otras localidades de la zona también se han visto afectadas. El responsable regional de la OIM añadió que calculan que más de un centenar de casas han quedado enterradas a una profundidad de entre seis y ocho metros. “La esperanzas de sacar a gente con vida se ha reducido”, ha añadido Aktoprak.
La zona del desastre sigue siendo peligrosa debido al riesgo de nuevas avalanchas; a pesar de ello, continúan los trabajos para intentar evacuar a más de 1.200 supervivientes.
En total, seis aldeas de la región se han visto afectadas. Todos los accesos por carretera a Kaokalam permanecen cortados y solo es posible la llegada con todoterrenos o en helicóptero.