En los primeros siete meses de 2025, Costa Rica ha registrado más de 532 homicidios, una cifra que ya supera los niveles de años anteriores y que enciende las alarmas sobre la violencia en el país. Las estadísticas muestran un repunte sostenido de asesinatos en diferentes regiones del territorio nacional.
Analistas en materia de seguridad proyectan que, de mantenerse la tendencia actual, el país podría cerrar el año con alrededor de 900 homicidios. Esta cifra colocaría a la nación centroamericana entre las más afectadas por la criminalidad en la región.
El incremento de la violencia ha sido atribuido principalmente a disputas entre estructuras criminales y al fortalecimiento de redes dedicadas al narcotráfico.